lunes, 3 de septiembre de 2012

Historias de Pocha (8)

Hoy me agarré de los pelos con el amor propio, creo que se cansó de mi habitual costumbre de poner el reloj a las 5:30 para que suene cada 10 minutos hasta las 7:00. Su inclinación meditabunda y silenciosa se estampó, sin bocinas previas, contra la propensión que adquirí estas ultimas dos semanas a la violencia y los gritos hacia los objetos.
Suele dejarme pasar por alto mi exagerado desorden de
 los elementos de dibujo, unos cuantos días sin tender la cama, que las remeras estén hechas un bollito en el placard . Me perdonó cuando no quise salir un sabado, o cuando aquella vez no apetecí comer los ravioles de mi abuela, hasta entendió esa semana que no pude probar una cerveza.
Pero hay algo, algo que jamás me va a permitir. Que mis aspiraciones, contextos y causalidades provoquen un revuelo en mis convicciones y mi espíritu luminoso pase a ser una lamparita de 25 watts de potencia.
Ni yo quiero que sea de noche todo el día. Mucho menos ser una de esas personas que se queda en la vida esperando la muerte. Prefiero enfrentarme a la vida con amor. Con MI amor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario