viernes, 1 de junio de 2012

¡Cheny no te hace falta la fama!


¿Que  no diera ella por sus 15 minutos de fama? Hasta a veces me hace creer que será capaz de vender su alma al mismísimo Satanás por un instante en la tv. No se si todos los que la rodeanlo ven así, pero por lo menos para mi es chistosamente una verdad circunstancial.
La conocí  cuando empecé mi carrera como diseñadora. Es sumamente bella, una artista con tanta actitud que una vez la escuche hablando  por teléfono con Cocó Channel, e ilusamente  casi expreso ante toda la clase un  “-pensé que cocó estaba muerta-“. Y ahora que no engancho otro canal por aire, me pregunto que hace Tinelli que todavía no descubrió semejante talento.
En una de la clases de taller de la semana pasada (sobre falda tubo) juntamos las mesas con la pura excusa de la ayuda mutua y por un afortunada conexión telepática con el grupo Cheny soltó la idea triunfal del día, la cual considero magnifica ya que sobrepasa a sus habituales ocurrencias, a los sacudones de esqueleto que suele hacer frente a cualquier persona, a la lucha diaria por hacer reconocidos sus accesorios, a los llantos de alegría cotidianos.
Y… mirando el surfilado del ruedo de mi pollerita me uno a la magnífica idea de la loca y en un acto solemne propongo un retroceso consciente en el tiempo, donde las mamás y las abuelas le enseñaban la ardua tarea de coser a sus hijas y/o nietas, en base a una política totalmente feminista, teniendo en cuenta la liberación de la mujer y repudiando al machismo en todas sus formas, pido pacíficamente que seamos escuchadas, intentando llegar al corazón de todas esas mujeres que aún están a tiempo de salvar la futura inmadura economía de sus descendientes, evitando que se asomen los dedos gordos de los pies a través de los soquetes, los agujeritos debajo de los brazos en las remaras y por qué no facilitándoles una posible realidad venidera como diseñadoras. Sabemos que esto del zurcido  (dijera mi abuela) es una tarea supuesta, pero creo que somos la mayoría de nosotras las que estamos pagando hoy la fabulosa idea de nuestros viejos de contratar como niñera a una pendeja de 18 años que solo sabia  saltar al ritmo del “Pájaro” de Vilma Palma u organizarnos asaltos (?) para nuestros cumpleaños.
Con respecto a Cheny  yo creo que muy en el fondo ella prefiere ser  una perspicaz y talentosa anónima  porque la fama  indudablemente le quedaría chica…


Aunque sigo pensando que es una injusticia que todavía no firme autógrafos…

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