miércoles, 21 de septiembre de 2011

Romeos procaces y Julietas despechadas

Por sugerencia del día de ayer, la elección del tema de hoy...


Resulta que caminando por la calle podés  encontrarte  a un hombre de 70 años aproximadamente, que te para diciéndote  -chica, chica- y con un sonrisa de oreja a oreja, voz de ganador y acomodándose el pelo,  sigue  -Estoy buscando una mujer así, como vos, con tu aspecto físico y tu forma risueña de enfrentarse al mundo- a lo que se responde, teniendo en cuenta la edad, pero amablemente por tal acto de agasajo-¡Señor, podría ser mi abuelo!- acto seguido, con confianza y determinación  responde -¡Pero no lo soy!
Luego de semejante situación podés ir a la facu y escuchar a tu profesora de comunicación (56 años, aprox.) hablando de su afición al programa Tabues y de las conclusiones que saca al verlo, que por supuesto, ella piensa que no las sabe nadie y que son grandes descubrimientos y aconseja -¡Chicas, ténganlo en cuenta, todos los hombres son naturalmente infieles!- y así cambia totalmente el tema de la clase:Fibras Manufacturadas por Mientras se espera al príncipe azul, hay que reírse de los payasos. Treinta  mujeres despechadas, opinaron sobre el tema...
Para terminar el día, y omitiendo en este relato unas cuantas situaciones similares, vas a un bar con tu amigas a festejar el día del estudiantey conocés a un chico de 25 años, extranjero,  que se acerca con la mejor onda para invitarte a escuchar tocar a su banda y  lo segundo que te dice es -¿Por qué las mujeres cordobesas  tienen tan buena cola?- viendo nuestras caras y notando lo desubicado de su comentario agrega - ¡Qué hermosa que sos!- creo que todas telepáticamente le perdonamos la desagradable situación anterior, insiste con seguir el chamuyo y remata su discurso con  la frase –Tus lolas no pasan desapercibidas-.
La noche sigue y sé, hubo más de estas situaciones, pero el efecto post cervezas en estos momentos me nubla la memoria.
Concluyendo :
Mujeres: dejemos los aires de superadas, si sabemos bien que a todas alguna vez nos dejó algún novio, perdimos un trabajo, engañamos, odiamos el gimnasio, nos sacamos la angustia oral comiendo chocolates  y  a la mayoría casi no nos queda glamour...
Y cuando necesiten una opinión objetiva procuren no recurrir a su profesora.
Hombres: Hasta principio de siglo se consideraba que el deporte nacional de los argentinos era el fútbol. Sin embargo, en los últimos relevos se ha podido constatar que no hay deporte que tenga más multitudinario que el de mirar culos.
Involucionen en la forma de ganarse a una chicas, existen mujeres que son mas que una cola grande, una cintura chiquita y unas tetas que no pasan inadvertidas. Todas las mujeres no somos iguales, algunas también tenemos cerebro.


Descargo público un poco grosero, que procuraré  que no sea habitual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario